Terapia Ocupacional: Rehabilitación de pacientes con Covid 19
hace 4 años · Actualizado hace 1 año
Como bien es sabido por todos nosotros, la llegada de la Pandemia transformó nuestros hábitos, rutinas y nuestras ocupaciones. De una u otra manera, la forma de relacionarnos también se vió y se sigue viendo afectada y limitada.
Como es de esperar, la intervención desde terapia ocupacional no ha sido la excepción.
Cada día hemos ido aprendiendo a adaptarnos a esta nueva situación. Adaptando nuestras funciones, adaptando los programas y diferentes tratamientos, sin perder, claro está, la esencia de la terapia ocupacional como promotora de autonomía personal en las personas.
Rehabilitación desde Terapia Ocupacional
El terapeuta ocupacional desarrolla un papel importante en la rehabilitación de las funciones que hayan podido verse afectadas por la enfermedad, y que afectan por tanto a la realización de las tareas del día a día.
El impacto que la enfermedad deje en cada persona va a depender del nivel de afectación que se haya producido.
Nuestro objetivo, por tanto, se dirige hacia la recuperación funcional, así como el desempeño y el mantenimiento de las actividades diarias de las personas afectadas.
Será muy importante intervenir de forma precoz y hacer un seguimiento en cada paciente. Esto nos permitirá evaluar el nivel de daño producido y diseñar el mejor plan de tratamiento.
La constante comunicación del terapeuta ocupacional con el resto de profesionales del centro hospitalario es imprescindible, así como lo es con familiares del paciente.
Tipos de intervención
Las diferentes áreas en las que hemos y seguimos actuando en pacientes con Covid-19 son:
- Unidades de Cuidados Intensivos.
- Hospitalización.
- Atención ambulatoria
- Atención Domiciliaria.
En cada una de estas áreas, los objetivos que se plantean se han adaptado al estado de salud del paciente y sus necesidades en cada momento.
En este caso, me centro en el tratamiento que se da en el domicilio.
Rehabilitación domiciliaria tras la hospitalización.
De acuerdo a lo que hemos podido observar a lo largo de estos meses, muchas personas además de la dificultad para respirar, han presentado debilidad generalizada.
Durante su estancia en el hospital, han sufrido limitación en sus funciones, tanto motoras como sensoriales producidas por el inmovilismo, y alteraciones a nivel cognitivo, sensorial y emocional, entre otras.
Todos estos síntomas y secuelas provocan en mayor o menor medida una disminución de la autonomía personal en la realización de actividades cotidianas.
El proceso de rehabilitación domiciliaria va a depender de las necesidades físicas que pueda tener el paciente, ya que cada paciente es único y la enfermedad afecta de forma singular, tal y como he comentado antes.
Teniendo en cuenta sus características, el fin último es que éste recupere, en la medida de lo posible, su funcionalidad y el estado en el que se encontraba antes de tener la infección.
La evaluación inicial y la manera como se va desarrollando la enfermedad, junto con su respuesta orgánica, son de vital importancia para su posterior tratamiento.
Es por todo esto que hablamos de un tratamiento individualizado y previamente recomendado por el equipo médico.
¿Qué objetivos buscamos?
- Educar al paciente en la importancia de la rehabilitación como un medio necesario de recuperación.
- Potenciar la independencia del paciente a la hora de hacer sus actividades cotidianas. Se le entrena en estrategias que faciliten la recuperación de las funciones afectadas y/o en aquellas que se han conservado tras la enfermedad.
- Fomentar su independencia funcional. Para ello se evalúa y asesora, si es necesario, sobre la utilización de ayudas técnicas. Hablamos de todas aquellas ayudas que puedan aumentar la autonomía del paciente: uso de ayudas en la alimentación, en el vestido, en el aseo, etc.
- Mejorar las destrezas del paciente, tanto a nivel físico como cognitivo, emocional, sensorial y social. Entre las diferentes técnicas y estrategias, utilizamos la estimulación cognitiva y psicomotriz con el objetivo de entrenar sus capacidades mentales y mejorar su estado emocional.
- Enseñar técnicas de ahorro de energía. Debido a su larga estancia en el hospital, se producen limitaciones respiratorias y de movilidad, por lo que una reserva de fuerza será necesaria para el día a día. Estos métodos, ayudarán a que realice las actividades con el menor esfuerzo posible, simplificando las tareas en aquellos que sea necesario.
- Entrenar al familiar/cuidador en técnicas que faciliten o potencien la autonomía del paciente durante su proceso de recuperación.
No debemos olvidar que los pacientes que han permanecido varios días ingresados, sobre todo hablo de las personas mayores, han aumentado su dependencia y por tanto la necesidad del uso de ayudas técnicas, como por ejemplo sillas de ruedas, andadores, muletas, ayudas para la higiene y aseo personal, etc.
Además, ha aumentado la necesidad de tener una persona que les ayude a retomar sus hábitos y rutinas diarias.
Para concluir, desde Terapia Ocupacional queremos recordar la importancia de retomar paso a paso las rutinas, hábitos y ocupaciones previas a la enfermedad.
Es necesario diseñar objetivos a corto plazo, objetivos que vayan en pro de mejorar la funcionalidad, autonomía, autoestima y confianza del paciente.
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